miércoles, 11 de julio de 2007

Tres temas atormentan a la industria en su peor momento.

La industria está pasando su peor momento desde la devaluación. Un cocotail compuesto por fuertes restricciones energéticas, repentino aumento de costos, y una ola importadora que se está acelerando confluyen para plantear un claro interrogante sobre el futuro de un sector que resultó clave para la recuperación de la Argentina tras la crisis.


Las importaciones totalizaron 5.200 millones de dólares, 1.000 millones más que el año pasado. Los sectores "sensibles" que están soportando el embate, que llega sobre todo desde China, son conocidos: juguetes, textiles y calzado. El arancel de 35% resulta insuficiente para combatir los valores de productos chinos, cuyo costo de producción es claramente menor al argentino. La suba de los salarios en pesos (y también en dólares), además del aumento de las materias primas, provocó que para las industrias locales se vuelva cada vez más difícil competir, aún con la protección adicional que implica un tipo de cambio alto.
"Los comercios que no reciben lo que demandan de las industrias locales optan por importarlo", se quejan los fabricantes textiles.


El pico de aumento de consumo de luz y gas fue demasiado para un sistema que no hizo las inversiones necesarias en los últimos años, desatando la necesidad de importar más gas de Bolivia, y electricidad desde Brasil, Paraguay y, en menor medida, Uruguay. De la misma manera, el fuerte aumento de la demanda minorista no puede ser absorbida completamente con la producción local, a pesar del aumento de la capacidad instalada que tuvieron algunos sectores en los últimos años.
Luego de un crecimiento a tasas de dos dígitos, la industria ahora continúa su expansión, pero a ritmo mucho más bajo.


El silencio de los industriales por ahora se mantendrá. Pero este acuerdo explícito comenzará a resquebrajarse en la medida que continúen acentuándose los problemas. Los industriales esperan que el invierno pase lo más rápido posible, y rezan para que las temperaturas no vuelvan a tocar valores extremos. Saben que esta vez es poco o nada lo que pueden esperar del gobierno.
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Ya es moneda corriente escuchar siempre que los más perjudicados con esta crisis, tanto energética como con la del gas, son los industriales, por ende los consumidores que somos los que estamos afectados con tantos cambios debido a que nuestra plata en el bolsillo rinde muchísimo menos por los aumentos que se ven obligados a realizar las industrias. Lo mas gracioso de todo esto es que nuestro querido presidente en vez de encargarse de este GRAN problema se ocupa de hacerle campaña a su querida esposa, y ésta dice en su slogan político... el cambio es posible. Entonces con eso esta tirando abajo todo el gobierno de su marido. El punto es ... si ellos mismos están en una contradicción política, que nos espera a nosotros? A pensar bien donde ponemos nuestro voto en Octubre!!!

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